La gente normalmente se preocupa como crecerán
sus niños y lo que serán, pero fallan en ver que esos
niños serán espejos de su propia decadencia, su propia
ignorancia y su propia destrucción.
Debemos dejar a los niños expresar el verdadero
sentido de la vida y la conciencia, ellos lo saben en
su estado más puro.
Debemos dejarles SER, no enseñarles o adoctrinarles
a ser repetidores de nosotros mismos, dejar que
descubran sus propias maravillas en este espacio
que llamamos mundo, porque como alguien escribió
una vez:
“Para un niño no hay siete maravillas, hay
siete millones"
Y eso es justamente la verdad, que hay millones
de maravillas, sensaciones, vías y canales para
expandirnos, nacemos en nuestro estado más
puro, sigamos la purificación.
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