miércoles, 8 de junio de 2011

Cómplices: Más allá de las relaciones de dependencia

¿Satisfacer las necesidades o trascenderlas?

Por Miriam Subirana Vilanova





Vivimos relaciones insatisfactorias, condicionadas por el lastre social, cultural e histórico que nos ha llevado a un vacío interior.
Siglos de liderazgo patriarcal y de feminidad dependiente han desembocado en la situación actual de desencuentro entre hombres y mujeres que me ha llevado a investigar, cuestionar, observar y plantear nuevas soluciones para los retos actuales.

Comparto contigo los resultados de mi búsqueda: Aprender a relacionarnos sin dañarnos, a amarnos sin atarnos, a ser cómplices recuperando y preservando nuestra identidad original y eterna, a experimentar la unidad en la diversidad. Esta es mi propuesta de transformación integral para que sea posible la armonía en las relaciones.

Propongo recuperar nuestro poder interior para ser sin necesidad de imponer, forzar ni presionar.  Esta es la condición imprescindible para el encuentro con el otro.

La insatisfacción te impide saborear la plenitud. La insatisfacción surge de — y a la vez produce –  dependencia, frustración, incluso ira y violencia. La cuestión está en si tienes que encontrar cómo satisfacer las necesidades o en si necesitas trascender las necesidades innecesarias. Trascender los deseos que te distraen de la búsqueda esencial. Apartar aquello que te provoca una ansiedad innecesaria porque intentas satisfacer lo que en el fondo seguirá dejándote insatisfecho. Encuentra cual es realmente tu deseo esencial.

De la separación a la unión

Hay una realidad que los seres humanos debemos afrontar: la separación. Sin embargo el ser humano nunca renuncia a unirse, a salir de la dualidad y retornar a la unión, al Uno. El amor es la energía y el poder que, como un imán, nos lleva a esa unión.

Hemos de trascender nuestro yo-ego para reencontrar la unión perdida. A través de la relación podemos conectar con ella. No siempre la recuperamos. En el silencio de la contemplación emerge ágape, el amor incondicional que nos une al todo más allá de nosotros mismos.

En los pasos hacia la satisfacción del deseo podemos recorrer dos caminos: uno que nos lleva al exterior, a la búsqueda de conexión y relación con el otro, a la alteridad. Otro nos lleva al interior, a descubrir que lo que buscamos fuera se encuentra en uno mismo: en el ser esencial.

La contemplación forma parte de esta segunda opción: ir al interior. En la experiencia del silencio interior te das cuenta de que muchas necesidades aparentes no lo son. Son maya, los falsos espejismos, los impulsos fundados en un punto de partida egoísta, limitado y pequeño. En el silencio del ser conectas con lo que realmente buscas y da sentido a tu caminar por la vida.

Pasos para vivir la satisfacción

Acepta

El aceptarte a ti mismo es la clave para iniciar cualquier cambio positivo. Mientras rechazas una parte de ti mismo, no puedes gozar plenamente. Hay dualidad en tu interior. Al rechazarte hieres tu autoestima. Esto te debilita.

Aceptarte es sentir que estás en el lugar adecuado, en el momento preciso, haciendo lo correcto. Desde la aceptación, has cambiado ciertas creencias. Antes creías que tenías que hacerte el fuerte para salir al mundo, ahora estás en el mundo y te muestras tal como eres, sin necesidad de demostrar nada.

Perdona

Si no perdonas al otro, tu energía se dispersa. Piensas mucho y no puedes controlar los sentimientos, sientes rabia, ira y frustración.

La culpabilidad es una carga que te impide perdonarte. Es más fácil perdonar al otro que perdonarte a ti mismo.

Cuando perdonas, amas.

 

Reconcilia

Ante las diferencias y el conflicto, solemos tener actitudes defensivas de enfrentamiento. Discutimos, no dialogamos. Culpamos y atacamos, no nos responsabilizamos. Nos vinculamos con quienes defienden nuestros planteamientos de enfrentamiento. Ello nos separa y distancia más. El desencuentro se agrava. Para salir de estos enfrentamientos tendríamos que buscar la reconciliación. Reconciliarse con el otro es reconciliarte contigo. Así te acercas a la paz y se posibilita el diálogo.

Abraza la incertidumbre

Cuando te cuestionas cómo has estado viviendo hasta ahora y tus creencias empiezan a parecerte limitadas, es señal de que estás cambiando. Algo se rompe en tu interior. Sientes incertidumbre y quizá tengas ganas de llorar: aquello en lo que te apoyabas ya no es un soporte y te encuentras en un vacío y en soledad. Sabes que tienes que soltar, pero no encuentras dónde agarrarte.

En primer lugar, no hay que alarmarse, ¡es buena señal cuando se produce esta ruptura en tu interior! ¡No tengas miedo! Recuerda que la vida es energía en constante cambio, y nada permanece fijo: vivimos el nacer y la muerte varias veces en nuestro interior. Has de estar dispuesto a renacer y a dejar morir lo que ya no te sirve.

Valora lo que te ha servido hasta ahora y, cuando ya no lo necesites, ten la capacidad de dejarlo ir, creando así espacio para abrazar lo nuevo.

Desapégate y suelta

«El hombre que abandona el orgullo de la posesión, libre del sentimiento del “yo” y de lo que es “mío”, logra la paz suprema.»

Bhagavad Gita 2,71

Desapegarse es dar un paso atrás para ampliar tu visión. Como para mirar un cuadro, no puedes pegar tu nariz a él, retrocedes y, desde la distancia, lo ves mejor y lo disfrutas más. Necesitamos la valentía de soltar nuestros apegos. Se trata de fortalecer la valentía de mantener nuestro desapego especialmente cuando las presiones externas (generalmente otras personas) y las fuerzas internas (nuestros hábitos personales) nos incitan a agarrarnos, a depender y a apegarnos otra vez.

Cuando aprendes a soltar, te das cuenta de que estás en el camino hacia la verdadera libertad.
Desapego es dar desde la abundancia interior. Nutriendo el ser te ofreces desde tu abundancia, no desde tu carencia y temor.

Observa y revisa

Observar y darte cuenta es el primer paso para redirigir el rumbo de tus actitudes y tus reacciones.

Observa los patrones que se repiten en tu día a día.

Renuncia. Deja de ser marioneta del deseo

En la búsqueda de satisfacción del deseo, nos encontramos con dos tendencias: la expansión y la contención, la extroversión y la introversión. En la expansión, aflora y crece el deseo buscando satisfacción. Genera dinamismo de búsqueda y apertura. Cuando el deseo invade el alma y ésta no lo puede contener, éste se convierte en destructivo y devastador como el cáncer que devora todo lo que encuentra a su paso. Así se convierte en una dependencia que pasa a ser una adicción. Entonces el deseo nos esclaviza. El deseo es el amo y nosotros, sus sirvientes, que nos esforzamos en satisfacerlo. Somos marionetas del deseo.

Renunciar es desprenderse. Cualquier decisión implica una renuncia y, por lo tanto, un coste que hay que asumir. Al sintonizar con la energía de la vida, uno aprende el arte de tomar y desprenderse, como la respiración: con cada inspiración respiramos vida, con cada espiración soltamos, nos desprendemos, nos vaciamos. Si nos agarramos al aire que inspiramos se queda en nuestro interior y nos intoxica. Sólo al vaciarnos de él nos liberamos en la confianza de una nueva inspiración. Nos llenamos y nos vaciamos para volvernos a llenar.

Conecta con tu poder interior 

Gracias a la fuerza interna que late en cada uno de nosotros sobrevivimos a la adversidad y a las circunstancias difíciles. En épocas de crisis, depresión y desilusión, esta fuerza interna nos ayuda a remontar. Nuestra capacidad de superar situaciones críticas o catastróficas es extraordinaria. Tenemos un gran potencial que parece despertar en esas circunstancias.

Extractos del libro de la autora: Cómplices. Más allá de las relaciones de dependencia, 

http://www.wordreference.com/definicion/alteridad

Fuente:
http://www.revistanamaste.com/complices-mas-alla-de-las-relaciones-de-dependencia/

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